Con carácter propio, bien pudiera tratarse de un loft industrial neoyorquino si no fuera por los rasgos arquitectónicos identitarios de la zona. Una fusión catalano - americana que la convierte en una vivienda única, de espacios amplios, abiertos, muy luminosos, soleados y funcionales, que combina a la perfección el microcemento del suelo, la estructura metálica de la escalera interior o los grandes ventanales, con las paredes de ladrillo, las vigas de madera o la bóveda catalana, características muy marcadas, que armonizadas entre sí, dan lugar a una finca sorprendente desde el primer momento, cargada de matices que hay que desgranar y descubrir poco a poco.
Con una superficie de 181 m2, distribuida en planta y una magnífica buhardilla, además de un despacho independiente situado en el mismo rellano de la vivienda.
Con:
- Un recibidor abierto
- Una amplia sala de estar con salita - rincón de lectura (dos espacios juntos pero diferenciados) y doble altura de techo
- Una cocina - comedor con una magnífica vista al "Pla" y una zona de lavadero - despensa integrada
- Dos baños completos (uno de ellos especialmente grande y completo)
- Dos dormitorios dobles (el más pequeño de 14 m2 y la suite de casi 20 m2 con vestidor + terraza solárium)
- Un estudio abierto a la planta inferior absolutamente encantador
- Tambien tiene como anexo, un pequeño estudio independiente en el mismo rellano de la vivienda, actualmente destinada a despacho personal.
Finca muy confortable y funcional que contempla todas las comodidades sólo de entrar por la puerta, con acabados y detalles de gran calidad y un diseño que combina materiales y estilos dispares, dando lugar a una pieza única, para alguien igualmente único.
Sin duda es una finca difícil de encontrar o de imitar dada su esencia, donde los espacios, siendo muy amplios y voluminosos, resultan ser cálidos y acogedores.
Quizás no sabía lo que estaba buscando hasta ver este dúplex. Pídanos más información.